Ganar o perder debe influir lo menos posible en nuestro estado de ánimo. La entrega, el intento a máximo esfuerzo es lo único a valorar.
Minimizar el efecto que nos produce emocionalmente la derrota, pero también la victoria.
Potenciar la satisfacción por la actitud y compromiso.
No puede bajar la autoestima si utilizamos como unidad de medida algo que podemos controlar: el esfuerzo!
En cuanto a lo del ranking tengo una anécdota:
Mi hijastra cuando vino de Inglaterra, al cabo de un año de entrenar conmigo, me dijo (11años):
-Jofre antes de conocerte ganaba muchos trofeos y estaba altísima en el ranking y ahora gano pocos y los que gano los tiramos (manía personal de no guardar cosas materiales que aumenten la motivación extrínseca en contra de la intrínseca).
Yo le conteste:
-pero has aprendido mucho, no?
-Sí, me dijo.
Conmigo se ganan pocos torneos, porque buscamos partidos, partidos que merezcan la pena para aprender. Y eso va en dirección contraria a la de ganar trofeos o conseguir un buen ranking.
Entiendo que si mejoro, todo vendrá.
El ranking o los trofeos nunca son el objetivo. Puede ser la consecuencia del único objetivo valido: aprender.
Jofre Porta